Cuánto debe comer mi gato

Elegir la comida adecuada para tu gato es importante si quieres que crezca sano, fuerte y feliz, pero no es el único aspecto que debes tener en cuenta. La cantidad de comida que le proporcionas es esencial para evitar que tu mascota adquiera sobrepeso o, por el contrario, le falten nutrientes, sobre todo, si se trata de un gato esterilizado. En general, los gatos no acostumbran a comer más de lo necesario, pues son más independientes y autosuficientes que los perros pero, siempre es recomendable que realices un control de lo que come.

Instrucciones

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1. Como hemos dicho, la mayoría de los gatos son autosuficientes y tienden a racionarse ellos mismos la comida durante el día, sin embargo la cantidad total diaria debes proporcionársela tú en función de su edad y peso de adulto. Y, en caso de tener un gato esterilizado o muy glotón, que devore la comida sin apenas masticar y de una sola toma, siempre es recomendable que se la raciones tú.
2. Los primero meses de vida de tu gato son cruciales para su desarrollo y crecimiento, es por ello que es la etapa en la que más nutrientes y proteínas necesitan ingerir. Así, hasta los 4 meses, deberás darle al menos 5 comidas al día. Recuerda que su estómago es muy pequeño y no acepta cantidades muy grandes de comida por toma, así pues intenta ponerle entre 20 y 25 gramos por ración. La cantidad exacta debes determinarla en función de su peso de adulto, que deberás consultar con su veterinario.

   
   
3. De los 4 a los 6 meses deberás reducir las comidas a 4 al día y aumentar 10 gramos por toma. Su estómago va creciendo y empieza a tolerar cantidades más grandes pero, siempre sin pasarnos pues queremos que nuestro gato se mantenga en su peso ideal. Recuerda que debes consultar con su veterinario el peso que tendrá tu gato de adulto para conocer la cantidad exacta que debes darle por ración.
4. De los 6 a los 8 meses reduce una comida. Así, deberás darle 3 comidas al día de 40-60 g cada una. Y, de los 8 al año de edad, reduce a las dos comidas diarias que deberás darle a lo largo de su vida. A diferencia de los perros, los gatos no toleran una única comida al día, es por ello que debes racionársela en dos tomas, una vez alcanzada la edad adulta, la cual ocurre al cumplir un año. En función de su peso deberás darle más o menos comida.
5. Una vez alcanzada la edad adulta debes saber que la cantidad de comida varía en función del peso de tu gato. Las indicaciones generales por cantidad diaria total son las siguientes:

   • Si tu gato adulto pesa 4 kg deberás darle entre 200 y 250 g
   • Si pesa 5 kg, entre 250 y 300 g
   • Si pesa 6 kg, entre 290 y 330 g
   • Si pesa 7 kg, entre 310 y 375 g
   • Si pesa 8 kg, entre 340 y 410 g
   • Si pesa 9 kg, entre 390 y 460 g
   • Si pesa más de 10 kg, entre 410 y 570 g

   Estas cantidades son aproximadas y no pueden adaptarse a todos los gatos, puesto que dependerá del sexo y la raza del felino. Recuerda que dicha cantidad debes racionarla en dos tomas. En general, los machos pesan más y necesitan ingerir más cantidad de comida, pero cuando se trata de hembras gestantes lo recomendable es proporcionar a la gata la cantidad que pida, pues necesita una mayor cantidad de proteínas y calcio, sobre todo.
6. La raza del gato juega un papel fundamental en el peso final de adulto y, por ende, en la cantidad de comida que debemos darle. Si tu gato es de raza pequeña y pesa más de 7 kg, estamos hablando de un felino obeso y debes ponerlo a dieta para que vuelva a alcanzar su peso ideal. Por ello, es tan importante que realices las revisiones pertinentes con su veterinario y consultes, siempre, la cantidad y tipo de comida que piensas darle.

   
   
7. Recuerda que los gatos no acostumbran a beber mucha agua y debes alternar el pienso seco con la comida húmeda para suplir esta falta de líquido. Así pues, si durante los primeros meses de vida debes darle 5 comidas al día, intenta que 2 sean de pienso seco y 3 de comida húmeda, por ejemplo.
8. Es importante que conozcas los alimentos tóxicos para los gatos a fin de no proporcionarlos ni dejarlos a su alcance. Puesto que pueden contraer enfermedades graves que pongan en peligro su vida.