sábado, 12 de septiembre de 2015

Juega con tu gato, lo pasaréis bien y es bueno para su salud

Los gatos necesitan jugar, es una manera de ejercitarse para la caza, desarrollarse y sentirse bien. Dedica un ratito a jugar con tu gato, será genial para los dos.
Kato y Saya, nuestos gatos jugando de cachorros | Foto: www.cosasdegatos.es

Llegas a casa tras un día duro,  llueve, ha habido mucho trabajo y todo parece salir mal. Para combatirlo, una terapia infalible: juega con tu gato.

Los amantes de los gatos disfrutamos viendo cómo se las ingenian para cazar a la presa (su juguete), cómo insisten en sus saltos y maniobras y cómo disfrutan con lo mínimo.
Jugar con tu gato te ayuda a relajarte y a desconectar, a crear vínculos entre tú y el minino, y por si eso fuera poco, el juego fortalece ciertos aspectos de la salud del gato.

El gato necesita jugar en todas las edades

Kato, nuestro gato jugando de cachorro con una pelotita | Foto: www.cosasdegatos.es
El juego es de vital importancia tanto para cachorros como para gatos adultos.

El gato junior aprende técnicas que le permitirán mayorindependencia cuando sea adulto: ataque, defensa, persecución, etc. Y cualquier tontería se puede convertir en un juguete para un gato cachorro.

La sociabilidad del gato también se ve influenciada por los juegos que haya practicado de pequeño, sobre todo si han sido en compañía de otro gato. Un gato que juega con otros gatos suele ser más sociable.
El gato adulto, especialmente el que se cría en una casa, juega parafortalecer su actividad física y mental.
El gato sénior suele jugar con objetos en movimiento, por lo que tu participación será crucial para que se divierta con cañas de pescar, cajas o estimulantes varios.

Evitar la agresividad y depresión del gato

Gatos cachorros descansando después de una sesión de juego | Foto: www.cosasdegatos.es
No somos científicos pero nos hemos estado documentando de la explicación del porqué el juego ayuda a evitar trastornos agresivos, depresiones u otros comportamientos anómalos del gato.

Por lo visto, la “culpable” de todo ello es la serotonina del cerebro. Un nivel bajo de serotonina supone un aumento de la irritabilidad, la agresividad y la depresión; tanto en humanos como en gatos.
Jugar aumenta el nivel de la sustancia química serotonina, produciendo sensación de bienestar y seguridad en el gato.
Nuestros gatos, Kato y Saya, pasan mucho tiempo jugando juntos. Cuando termina la sesión de juego, descansan plácidamente juntitos, como podéis ver en la foto.

¿Qué ocurre si no juego con mi gato?

Si no juegas con tu gato, además de perderte algo genial de la vida, puedes contribuir a que se sienta mal y busque alternativas como marcar el territorio con orina, trepar por las cortinas, arañar el sofá o morderte los tobillos.
Aunque tu gato no sea muy juguetón, “provócalo” con objetos como un palo que lleve algo atado. No lo molestes, solo despierta su instinto cazador y ¡a disfrutar!

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