Muchas son las leyendas y las afirmaciones falsas que habréis oído sobre los gatos. Hoy trataremos de desmentir las más comunes. ¡Os animamos a participar comentando otras mentiras sobre gatos que se os ocurran!
Las gatas deben parir por lo menos una vez en su vida: FALSO
En un mundo ideal en el que los gatos estuvieran en su medio, ellos controlarían su propia población. Pero la realidad es que hoy existen muchísimos gatos sin hogar en condiciones precarias. La gata no tiene porqué sufrir ningún trauma por no parir, y es recomendable que castres a tu gata, de igual modo que se esterilizan los gatos callejeros que forman parte de colonias controladas.
Todos los gatos pueden y deben beber leche de vaca: FALSO
En realidad muchos gatos tienen intolerancia a la lactosa. Pero en muchas películas, especialmente de dibujos, siempre se muestran a los gatos bebiendo leche. Asegúrate de que tu gato la tolera antes de dársela, la leche puede ser muy tóxica para el minino así como otrosalimentos nocivos para los gatos.
Los gatos provocan asma: FALSO
Si bien hay bastante gente que desarrolla alergia al gato, y eso puede causar una reacción asmática, el gato no provoca el asma.
Los gatos no necesitan vacunas ni cuidados: FALSO
Si bien hay animales que, a priori, requieren de una mayor atención, el gato también necesita cuidados. Es necesario vacunar al gato, aunque no salga a la calle, y debe recibir cuidados y muchísimo cariño.
Los gatos siempre caen de pie: FALSO
Los gatos tienen peculiaridades que les hacen tener altos reflejos, en concreto el reflejo de orientación llamado de enderezamiento lo desarrollan a partir de las 3 semanas. El esqueleto del gato es muy flexible, y están preparados para soportar caídas a ciertas alturas sin sufrir daños. Pero cuando caen de mucha altura pueden llegar a sufrir lesiones graves e incluso morir. Por lo tanto, no siempre pueden caer de pie y quedarse tan tranquilos.
Los gatos ven en la absoluta oscuridad: FALSO
El ojo del gato está preparado para que su visión sea buena con menos luz de la que los humanos necesitamos, pero no pueden ver sin nada de luz. Con poquita se apañan, pero algo de luz necesitan para poder ver.
Los gatos son traicioneros y ariscos: FALSO
Mucha gente compara a gatos y perros, y destacan que los perros son fieles y los gatos no. Son animales muy distintos: el perro tiene una concepción jerárquica de la vida en la que existe “un dueño” o “un jefe”, pero el gato no. Por lo tanto, la obediencia o el trato que nos dé un gato no puede compararse a la del perro. Ahora, todos los amantes de los gatos que tenemos suerte de convivir con ellos podemos afirmar lo cariñosos, amables y buenos compañeros que pueden llegar a ser.
Las embarazadas no deben convivir con gatos porque sufrirán toxoplasmosis: FALSO
Esto es uno de los mitos que más daño ha hecho a muchos gatos que tenían un hogar, y cuando la mamá de la casa se queda embarazada, se deshacen del minino. No vamos a entrar en un gran detalle porque preferimos aconsejaros un artículo sobre toxoplasmosis, embarazadas y gatos. Solo quedaros con que gatos, embarazadas y bebés pueden convivir perfectamente.
Los gatos siempre arañan todo lo que se interpone en sus caminos: FALSO
Los gatos afilan sus uñas y ejercitar sus músculos estirándose contra superficies duras y más altas que ellos. Esto lo suelen hacer en los árboles, pero si nuestro gato no tiene un árbol a su disposición, hay que proporcionarle una alternativa como un rascador adecuado para el minino. Nuestros gatos son bastante traviesos (en especial Kato) pero no arañan nada, ya que tienen un par de rascadores ideales para sus ejercicios.
Siempre que el gato mueve la cola, es que está feliz: FALSO
La cola es un elemento muy importante en el lenguaje corporal, y a menudo un movimiento brusco de la cola significa todo lo contrario: el gato no tiene ganas de que lo molesten.
Los gatos y los perros no pueden convivir juntos: FALSO
Cada gato y cada perro es un mundo, pero existen millones de casos en que gatos y perros conviven y se toleran, e incluso llegan a ser grandes amigos. Depende de cómo sea el gato y de cómo se haya criado, puede convivir con muchos otros animales.
Los gatos negros dan mala suerte: FALSO
Si bien durante muchos siglos fueron elogiados, los gatos (especialmente los negros) han sido asociados a la mala suerte. Y esta falsa leyenda la llevamos arrastrando desde la Edad Media cuando se asociaba al gato negro con la brujería. Solo os podemos decir una cosa: tener un gato negro en casa. Se os pasarán las tonterías y veréis que, no solo no dan mala suerte, sino que te dan todo lo contrario. Los gatos negros tienen un carácter especial que es inexplicable con palabra. Y ya si nos ponemos menos místicos, solo hay que pensar que el color del gato es cuestión de genética.
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