El gato salvaje africano es el antecesor directo de los gatos domésticos, y su pelaje es una variedad de los atigrados.
Y esta característica salvaje resulta una curiosidad, puesto que el origen de todo gato es el color atigrado o tabby. La palabra tabby se cree que procede de un tipo de tejido rallado proveniente de Bagdad (el atabi).
La característica del tabby es persistente incluso en los gatos de colores sólidos, que llevan consigo una carga genética del patrón atigrado enmascarada por mutaciones que impiden su expresión.
La mutación más temprana del pelaje atigrado fue el color negro, el melanismo.
En una camada de un gato macho atigrado y una gata hembra atigrada pueden haber gatitos negros o de otros colores sólidos oscuros entre varios gatitos atigrados. Recordar lo de los genes dominantes (que mandan) y recesivos. El atigrado es un gen dominante sobre negro, así que gato negro más gato atigrado darán igual a camada atigrada. Pero si dos de los gatitos de esta camada se aparean, pueden juntarse dos genes no dominantes (dominio incompleto) y nacer gatos negros u oscuros con gatos atigrados en una misma camada.
Lo más curioso es que genéticamente todos los gatos domésticos siguen siendo atigrados, incluso en gatos de un solo color pueden verse rayas atigradas con cierta luz.
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