El Antiguo Egipto parece ser la época en el que se inició la domesticación del gato, convirtiéndose en poco tiempo en un animal de culto venerado por faraones y egipcios. ¡Descubre la historia del gato con el humano!
Si bien los gatos tienen un origen mucho más lejano, el inicio de su historia más conocida empieza en el momento en que fue domesticado, y esto ocurrió entre 7500 y 7000 a.C.
Recientemente se encontró una tumba de un humano con un gato de 2000 a.C, pero se trataba de un gato más “acostumbrado” que no “domesticado”.
¿Por qué el gato y el hombre empiezan a convivir?
El primer contacto entre gato y hombre se produce con la aparición de la agricultura. Los egipcios almacenaban cereal en los silos y los roedores se lo querían comer, y esto atrajo al depredador natural de la rata: el gato.
El minino no solamente protegía el cereal, sino que al cazar a las ratas,ayudaba también a eliminar enfermedades graves como la peste.
Gracias a esta protección y a su carácter, el gato empezó a ser apreciado por su dulzura, su gracia y su independencia.
De animal de compañía a animal sagrado
Aunque los egipcios usaban a los gatos para practicar una especie de deporte (los ataban con correas para cazar pájaros y traerlos a la mesa familiar), lo cierto es que lo más relevante de aquella época fue como el gato pasó a ser un animal adorado.
El animal que antes había sido idolatrado por los egipcios fue el león, pero era demasiado fiero. Según uno de los posibles orígenes del culto al gato, la mitología egipcia cuenta que su dios Ra envió a su hija Sekhnet para luchar contra la rebelión de los hombres. Sehknet era una leona y su padre, el dios Ra, no aprobó el comportamiento que tuvo. Para ello, envió a Onuris, que la amansó y la convirtió en una gata: Bastet.
Esta fue la primera consagración a un gato, sobre el 350 a.C. Bastet representaba la fecundidad y la belleza; la luz, el calor y la energía solar. Pero sus rasgos felinos también simbolizaban misterio, noche y luna. Bastet poseía su parte muy buena, pero también conservaba su parte leona.
A partir del culto a la diosa Bastet, las leyes del faraón impusieron una protección rigurosa para los gatos: quien matara a un gato se arriesgaba a la pena de muerte.
Los funerales que se celebraban en honor a los gatos muertos se colmaban de lujo y honores, incluidos ratones embalsamados. La familia a la que pertenecía el gato muerto guardaba luto y se afeitaba las cejas.
La primera figura de un gato apareció en el 2653 a.C, en la tumba de Ti en Saggara. Y el primer nombre de gato del que se guarda registro es Bouhaki, cuyo nombre fue tallado en la tumba de Hana (necrópolis de Tebas).
La relación del egipcio con los gatos
Esta idolatría por el gato se demostró en el 525 a.C., cuando el general persa Cambises II utilizó su conocimiento acerca del amor y respeto que el contrincante egipcio tenía hacia los gatos. El ejército persa capturó cientos de gatos y los ataron a sus escudos. El ejército egipcio se rindió y no luchó por la ciudad de Pelusium, para no dañar a los gatos.
Muchos padres egipcios llamaban a sus hijos con nombre de felino, especialmente a las niñas. Se tiene conocimiento de que muchas egipcias se llamaron Mit o Miut.
La otra cara de la moneda de esta veneración a los gatos era que algunos sacerdotes aprovechaban su poder divino y mataban a los gatos para momificarlos y utilizarlos como ofrendas.
Los templos poseían gatos, bajo el cuidado de un puesto muy importante: el Guardián de los Gatos.Pero estos animales vivían en jaulas de madera hasta ser sacrificados.
Estudios posteriores demostraron que, en muchas de las momias encontradas, los gatos tenían el cuello roto. Por lo que el asesinato de gatos en los templos era una práctica común.
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